Espiritualidad de un bebé?
Aurelio tiene un hijo de un año y siete meses, se llama Luis y es inquieto y risueño como la mayoría de los niños y niñas de esta edad. Camina, habla poco, pero lo entiende todo. Le gusta mucho jugar a esconderse y cuando lo encuentran se rie y se atarante tanto que hay que controlar que no se haga daño. Aurelio y la mamá de Luis han decidido no seguir juntos y el niño vive con la madre, cada vez que su papá va a buscarlo se tira a sus brazos y no lo deja por un buen rato, la despedida es un drama. Luis, aunque es chico, extraña mucho a su padre i le hace falta. Juana, que es prima de Luis tiene dos años y tres meses y se comunica con su tia, que vive lejos, por skype. La ha visto dos veces en persona, peró sabe perfectamente quies es y la reconoce cuando se conectan. Le explica cosas en su media lengua y le ha presentado a través de internet a todas sus muñecas, quienes son, ciertamente, su mundo. También coloca sus dibujos frente la pantalla para que la tia los vea, son garabatos