Se ha muerto el Nano
El Nano es el nombre de pila de una persona entrañable con aspecto de niño inocente, pero con la misma vitalidad e inteligencia de los infantes cuando todo lo investigan. El Nano nació en el campo y aprendió que las distancias no separan a las personas, incluso cuando no se regresa más a los lugares, y ello es así porque no se deja de amar. Así que el Nano, cuando dejó su lugar de origen siguió recordando y visitando a los amigos, a veces con el recuerdo, a veces yendo a verlos. Su tierra natal es húmeda y verde, muy fría en el invierno y en el verano fresca i alegre. Llena de animales de pasto y de pequeñas aldeas que rodean lagos y más lagos. Con los años el Nano formó una familia con esposa, hijos y nietos y todos amaban el origen de aquel hombre de sonrisa transparente y ojos azules, azules. Siempre que podían visitaban a los amigos cada vez más mayores, y los recuerdos: la escuela, la casa vieja, la casa nueva, donde hacían herraduras y donde vivía la tía Blanca. Llegó un