Aprendamos a SER para construir una sociedad nueva
En los debates políticos es frecuente engarzarnos en la defensa de las ideas y de los pesados poderes internacionales y nacionales. Tenemos información de cómo va el mundo, está muy a la mano, aunque no todo. Hacemos combinaciones mentales sobre el peso de la Historia, las ideologías, el precio de los productos brutos y los conflictos que esas combinaciones acarrean en el mundo. Nos explicamos desde la lógica, que pueda haber costos ecológicos, incluso de vidas humanas, asociados a ciertos intereses. Aunque ya no es sostenible la explicación de la guerra, por ejemplo, nos cuesta creer que podemos hacer algo frente a ella. No es que nos parezca bien, de hecho, no es así, sino que en las combinaciones lógicas hay lugar para tales situaciones. Vivimos en un sistema en que hemos llegado a convencernos de que la vida (la del planeta y sus habitantes), el equilibrio, la paz y el bienestar, es inferior y denotadamente despreciable, a los intereses (los obvios y poderosos intereses) “de otros”