Periferias existenciales, no haber amado nunca
“Te quiero mucho”, dice el pequeño Ramón a su madre, “pero muchísimo, eh!”, insiste, mientras la madre lo apreta contra su pecho y dándole un beso le responde: “yo también, muchísimo”.
¿Cómo se mide el amor?, ¿qué amamos cuando amamos?. No podemos
tener ni idea, porque no forma parte de las ideas sino de los sentimientos.
Tampoco podemos saber si otra persona ama mucho o poco, si nos ama o no, si ama
a otras personas más o menos. Si podemos
notar si nosotros amamos, pero con gran sorpresa a veces, poca certeza y sin
medir o controlar nada ese afecto.
El amor no se puede obligar, ni imponer, tampoco se puede
borrar o esconder, pero puede educarse. Las persona podemos aprender a amar.
Andrés hace algo más de un año terminó una relación con Sonia
después de cinco años de estar juntos y haber hecho serios planes de familia. Es
muy poco probable que vuelvan a reparar la relación y Andrés está sufriendo, le
cuesta mucht. Habla mucho con su madre y dice que no cree poder superarlo. La
ausencia se li hace muy dura y a veces cree que no tiene fuerzas. Madre e hijo
han visto recientemente: “La mejor oferta”, película italiana, dirigida por
Giuseppe Tornatore en el año 2013, con música de Ennio Morricone, en la que se
presenta la situación de un experto en arte, Virgil Oldman (Geoffrey Rush) dedicado
a las subastas, de muy difícil trato y que se enamora de verdad, aparentemente,
por primera vez en su vida. “Toda falsificación esconde algo auténtico” era una
de sus frases celebradas, que se repite a lo largo de la película. Virgil es
una persona cultivada, muy refinada, escrupulosa, con una larga carrera
profesional muy reconocida internacionalmente y en su intimidad cultiva el placer
de contemplar pinturas femeninas. La historia romántica da un giro dramático y Virgil
sufre, pero ha amado y sigue amando.
El amor no es la persona amada, no es la historia de amor, es
la capacidad de amar, es la forma de amar. Una persona puede aprender a amar a lo
largo de su vida o puede amargarse. La persona amada, las personas, las
situaciones, son la escuela, son marevillosas oportunidades de aprender y poner
en práctica el amor, de crecer y madurar, de aprender a amar. Siempre la
ganancia es el amor.
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