Periferias humanas
Los inscritos son un grupo de aproximadamente quince hombres, cuando llegamos los llaman por altavoz y empiezar a aparecer. Hay cinco que perseveran más en las sesiones, estan sentados y trebajan todo el rato de manera continua, pero el resto se levanta constantemente, va y viene, abren y cierran la puerta, piden permiso para salir, entran de nuevo. Trece son menores de treinta años, uno tiene diecinueve y acaba de ser padre de una criatura hace veinte dias, otro tiene 23 años y un rostro muy infantil, otro 24 y tiene dos pequeños hijos, otro 31 y un hijo de 15 y otro de 12, solamente uno en el grupo no tiene hijos, dos son veteranos, personas de edad indefinida entre cuarenta y cincuenta. La dinámica de estos dias es trabajar sobre sus propias amarguras, los dolores del alma, una experiencia muy necesaria para toda persona, hacer procesos, cambiar la perspectiva, ponernos en el lugar del otro, desligarnos de todo lo que nos espesa el alma, por eso se llaman “Escuelas de perdón