Esposos, esperar con aceite en la lámpara
No tenía ninguna actividad más importante que la de estar esperando a su prometido, a quien apenas conocía. Sus padres habían acordado este enlace porque se veía muy conveniente desde el punto de vista de la tradición, la unidad de los pueblos, la continuidad de la familia y el cuido de los campos. Se decidió que cuando él tuviera preparada la vivienda para ambos la iría a buscar y se celebraría el matrimonio, pero no se sabía ni el día ni la hora, así que ella tenía que saber estar preparada. ¡Estar preparada!, es decir: aprender a prepararse. Cosechar las flores para adornar la casa, tener refresco para el viajero, una sombra para el calor, un asiento para el andante, agua y comida para el burrito que lo cargara. Y estar siempre lista para marchar, con lo imprescindible para una vida conyugal, ojalá incluir esencias y aceites. Preparada para cuidar la estirpe, a su esposo y los que lleguen. Preparada para sobrevivir a las inclemencias y alegrarse del buen tiempo. Preparada para